Francisco Javier Peña, Mycoplasma bovis

¿Qué síntomas son característicos de Mycoplasma Bovis?

Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre Mycoplasma bovis. Este microorganismo perteneciente a la clase Mollicutes se caracteriza por no tener pared celular pero sí, una compleja membrana plasmática.

Para controlar cualquier tipo de enfermedad en la granja, es fundamental la prevención y evitar los factores predisponentes y todo aquello que favorezca la aparición de la infección. No obstante, hoy queremos centrarnos en cómo podemos detectar que nuestros animales están infectados con este microorganismo y qué sintomatología pueden presentar.

¿Cómo puedo detectar una infección por Mycoplasma bovis?

La enfermedad producida por Mycoplasma bovis se caracteriza por neumonía, otitis media o artritis y, en algunos casos, por una combinación de todos estos signos clínicos. Estos aparecen normalmente entre las 2 y 6 semanas de edad, aunque hay casos en los que se han observado a los 4 días.

La sintomatología respiratoria no se diferencia de la producida por oros patógenos: fiebre, taquipnea, disnea, pérdida del apetito, descarga nasal y tos. Estos síntomas tienden a hacerse crónicos, debilitantes y con poca respuesta a la terapia. Esto, como consecuencia, produce en los animales disnea severa y emaciación asociada a una pobre ganancia de peso.

Otitis asociada a Mycoplasma bovis

En los últimos años en Norteamérica, han aumentado los casos de otitis media asociados a M. bovis, sobre todo en terneras de leche.
La diseminación desde el tracto respiratorio al oído medio ocurriría principalmente por colonización de la orofaringe y difusión en la bulla timpánica vía trompa de Eustaquio. Aunque también se podría producir vía hematógena o por extensión de una infección del oído externo. 

Los signos clínicos que se observan en estos casos son: pérdida de apetito, fiebre, depresión y dolor. Este último se manifiesta porque el animal agita la cabeza y se rasca o frota las orejas. También se pueden apreciar orejas caídas y otros síntomas asociados a la parálisis del nervio facial. En algunas ocasiones llega a romperse incluso la membrana timpánica y se observa una descarga purulenta en el canal auditivo.

Artritis y M. bovis

La artritis puede observarse en animales de todas las edades y, generalmente, son casos esporádicos que se dan en animales afectados de neumonía o mamitis. En cebaderos, se han descrito brotes del denominado síndrome de neumonía crónica y artritis.

Mycoplasma bovis alcanza las articulaciones vía hematógena y los síntomas son los típicos de una artritis séptica: articulaciones dolorosas e hinchadas, cojera más o menos marcada y fiebre en la fase aguda del proceso. Un hecho frecuente es la pobre o nula respuesta al tratamiento en estos casos.

Finalmente, M. bovis se ha aislado a partir de casos de mamitis en vacas de cualquier edad y lactación, incluyendo novillas y vacas secas. También se ha descrito en casos de queratoconjuntivitis, meningitis, abscesos y alteraciones reproductivas.