C. respiratorio – ERB , Francisco Javier Peña, Mycoplasma Bovis

Mycoplasma bovis: ¿qué es y cómo funciona?

Promueve el cambio frente a Mycoplasma bovis

A pesar de que hay numerosas investigaciones sobre diferentes aspectos de Mycoplasma bovis, no hay consenso acerca de su papel como patógeno primario en la enfermedad respiratoria bovina.

Pero, ¿qué es realmente Mycoplasma bovis? Se trata de un microorganismo de la clase Mollicutes, un grupo de organismos caracterizados por carecer de pared celular y presentar, en su lugar, una compleja membrana plasmática. Tienen un tamaño muy pequeño y con un genoma de tan solo 0,58 a 2,2 megabases.

¿Cuáles son las características de Mycoplasma Bovis?

  • Tiene poca capacidad biosintética por lo que tienen que establecer una asociación muy estrecha con las células del hospedador para obtener los factores nutritivos y de crecimiento  necesarios para sobrevivir y multiplicarse.
  • Al carecer de pared celular, Mycoplasma Bovis es resistente a todos los antibióticos beta-lactámicos y glucopéptidos.
  • Es intrínsecamente resistente a las sulfonamidas y trimetoprim, ya que obtiene las purinas y pirimidinas a partir de las células del hospedador.
  • También lo es a las polimixinas, al ácido nalidíxico, a la rifampicina y a la lincomicina.

Mycoplasma Bovis en la ERB

Se realizó un estudio para determinar los signos clínicos y lesiones asociados cada uno de los virus y microorganismos implicados en la ERB mediante la inoculación de cada uno de ellos en terneros libres del resto de patógenos. El estudio se realizó en dos fases:

  1. Fase piloto. Los animales inoculados con Mycoplasma bovis no mostraron signos clínicos. Se sacrificaron a los 7 días y en la necropsia no se observaron lesiones macroscópicas ni histológicas, a pesar de que aisló del pulmón de todos los animales inoculados.
  2. Fase optimizada. Se utilizó una cepa diferente y se prolongó el tiempo de observación a 15 días. Se detectó fiebre desde el día siguiente al desafío, alcanzando el pico máximo a los 4-5 días y bajando la temperatura por debajo de los 40ºC a los 8 días. Los signos clínicos típicos (descarga nasal y ocular, tos espontánea o inducida, etc.) se observaron el primer día postinoculación, alcanzando su máxima severidad el segundo día y resolviéndose en los 15 días que duró el periodo de observación.
    En la necropsia, se aisló Mycoplasma bovis a partir de los pulmones de todos los animales inoculados. En ellos se observaron, macroscópicamente, regiones focales de consolidación asociadas a bronquitis con exudado luminal e, histológicamente, bronquiolitis necrosupurativa con hiperplasia linfoide.

Esto, probablemente, indica que hay cepas con marcadas diferencias en su virulencia, pudiendo actuar unas como patógeno primario y, otras, como agente segundario. En general, se considera que Mycoplasma bovis está ligado al aumento de la morbilildad y a daños en el epitelio del aparto respiratorio que facilitan la entrada de otros patógenos. Por otro lado, independientemente de que actúe como agente primario o secundario, una vez que se desarrolla la infección, el proceso tiende a cronificarse.