Bioseguridad de las explotaciones: la importancia de la cuarentena
Empezar a trabajar con el sector bovino en los últimos años, me ha permitido visitar multitud de explotaciones en diversas zonas de España. Como pueden imaginarse, y saben ustedes mejor que yo, cada explotación es un mundo. La localización geográfica, la zona específica, la climatología, las instalaciones, el personal, la procedencia de los animales, las razas, la alimentación… Hay tantos factores, que es realmente muy complejo tratar de establecer comparaciones entre las mismas.
No obstante, hay un aspecto que tiene una clara repercusión sobre la sanidad de los animales, que en muchas explotaciones es común y que, visto desde fuera, parece no ser tan importante para el propietario pero que es fundamental: la bioseguridad de nuestras explotaciones. Y ahí, desafortunadamente, muchas de las que he tenido la oportunidad de visitar, son manifiestamente mejorables.
Nos gastamos mucho dinero en prevención, administrando medicamentos a la llegada de los animales al cebadero porque, acertadamente, nos preocupa cómo prevenir esos problemas respiratorios que sabemos que vamos a vivir a las dos o tres semanas de la entrada de los lotes. Sin embargo, otras medidas, ciertamente importantes, no se realizan, o al menos no se hacen en las condiciones más adecuadas. Vamos a poner un ejemplo.
La cuarentena, fundamental para la bioseguridad
En muy pocos sitios de los que he visitado, nos preocupamos de que los animales hagan tenemos que concienciarnos de que puede suponernos mucho. una “mínima” cuarentena de varias semanas. Algo que les vendría genial, no solo a ellos, sino también a los que ya están en el cebadero y están conviviendo continuamente con las oleadas de individuos que, semana tras semana, van llegando con los nuevos lotes. Y es que, nos guste o no, la cuarentena es fundamental.
En una ocasión, hablando con varios propietarios, me indicaron que ellos tenían un recinto para la cuarentena, y que la hacían, pero que un día, coincidiendo con la llegada de un lote más grande de inesperado, la urgencia hizo que se ocupara ese corral y, desde entonces, ya no se utilizó más.
¿Por qué es tan importante la cuarentena?
La cuarentena, que debería ser una etapa normal, consigue que los animales pasen ese periodo de llegada y adaptación a las nuevas condiciones de vida totalmente separados del resto. De esta maneraen un momento donde el simple hecho del estrés que ocasiona el transporte en los animales, facilita su eliminación - por ejemplo, por las secreciones respiratorias-.
Si, en ese momento, en vez de separarlos, los juntamos con el resto… ¿qué conseguimos?
- Que todos los animales de nuestros cebaderos estén “sanitariamente” unos en contacto con otros, es decir, “que tengan lo mismo”.
- Que las enfermedades sean crónicas en los colectivos.
- Que las medidas de control sean menos eficaces.
La bioseguridad, y todo lo que conlleva (cuarentena, diseño de explotaciones, vacunaciones de origen y llegada, mezcla en el origen de los de animales, diseño de instalaciones, actuación de los empleados que están trabajando y pasando constantemente de un corral a otro, etc), es fundamental y tiene repercusiones en la sanidad de nuestros animales.
¿Cómo se transmiten los agentes infecciosos?
Un trabajador que no circule correctamente cuando va de un corral a otro, puede actuar de transmisor de una infección de un lote a otro. Ojo, no estoy diciendo que tenga que ser todo perfecto pero, poco a poco, debemos introducir pequeños cambios en esa línea.
Los trabajos que realizamos, están permitiendo comprobar que algunos agentes infecciosos “no vienen” en los lotes que compramos,sino que los individuos se infectan cuando llegan a los cebaderos. Sinceramente, esto puede pasar una vez, pero si pasa continuamente, algo no estamos haciendo bien y además, estamos perdiendo muchísimo dinero. Qué decir cuando ese tipo de infecciones son todavía más graves de lo habitual y ocasionan un porcentaje de bajas elevado, con individuos que literalmente, no responden a ningún tratamiento. Hay lotes que, por su origen, pueden portar agentes que sean especialmente virulentos y nosotros les facilitamos el paso a nuestras instalaciones y a nuestros animales.
Es un aspecto del que debemos concienciarnos y, poco a poco, ir mejorando todos los aspectos de la producción y el manejo que pueden repercutir en lo colectivos. Desde estas líneas, continuaremos alertando de la necesidad de mejorar desde los procesos de adquisición de los individuos, buscando lotes lo más homogéneos posibles en todos los sentidos, hasta el correcto manejo una vez se ha producido la llegada al cebadero, un momento crítico para la presentación de las enfermedades.
Hay que trabajar en la mejora de las condiciones de las explotaciones, tanto a nivel de instalaciones como a nivel de manejo, un hecho que debe acentuarse más aun con las restricciones propias que imponen todos los planes de reducción del uso de antimicrobianos.