Innovar en nutrición para mejorar la producción de carne de vacuno
Empezaremos con una conclusión: podemos presumir de que nuestro sistema de producción de carne de vacuno es el más eficaz del mundo. Independientemente, de las escasas referencias sobre datos productivos con las que contamos, si visitamos granjas de cebo tanto de nuestro entorno europeo como del continente americano o australiano, nos resultará difícil encontrar sistemas que mejoren nuestro nivel productivo.
Eficacia no, rentabilidad sí
Esto puede llevarnos a conclusiones erróneas: “lo hacemos tan bien que no hace falta cambiar nada”; “somos un modelo a copiar en la producción de carne de vacuno”. Pero esto es completamente erróneo: los sistemas deben de ser, además de eficaces, rentables. Precisamente este es nuestro talón de Aquiles.
¿Hacemos nuestra actividad rentable? ¿La rentabilidad en la que nos movemos es suficiente para mantener la producción de carne de vacuno? Si buscamos referencias sobre beneficios esperados en otros países productores, en todos los que he tenido oportunidad de trabajar, se plantean objetivos de rentabilidad mucho más elevados que los que manejamos en España.
¿A qué se debe esto? ¿Somos más conformistas? ¿Desconocemos el margen de nuestra actividad? ¿Las ayudas compensatorias de las subvenciones comunitarias amortiguan los datos económicos más reales? Esto sigue siendo tema de debate en el sector.
De cualquier forma, todos estamos de acuerdo que es necesario modificar nuestro sistema de producción, no para mejorar la eficacia sino para aumentar la rentabilidad de nuestra actividad.
¿Cómo aumentar el margen de beneficios?
Bien es sabido que la alimentación supone el porcentaje mayoritario en gastos del sistema productivo de carne de vacuno. Por lo tanto, si queremos aumentar el margen de beneficios de una forma significativa, tendremos que actuar sobre el margen más grande de gastos.
Para mejorar de forma notable los beneficios, será necesario actuar sobre la elección del sistema de alimentación más que sobre la optimización del que ya estamos empleando. Estos son los sistemas de alimentación que se utilizan en todo el mundo:
- Sistema pienso y forraje ad libitum (el más usado en nuestro país).
- Sistema unifeed húmedo (el más usado en el mundo).
- Sistema unifeed seco (mezcla de forraje seco con pienso).
- Sistema de suplementación de pienso en pasto (utilizado donde se ceba en extensivo).
- Sistema integral de pienso sin forraje (posiblemente el sistema más innovador).
Cualquiera de estos sistemas puede ser eficiente para el cebo de rumiantes. Es el ganadero, junto a su técnico, el que tiene que decidir cuál de estos sistemas es el más rentable en su explotación. No se debe tener miedo a cambiar ni a innovar para mejorar. Es más, hacerlo es una obligación, pero siempre teniendo en cuenta que el criterio de elección debe de ser la rentabilidad.
Fue Albert Einstein, uno de los grandes genios que han pasado por este mundo, el que dijo: ʺsi buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.