Carlos Rodriguez, Opinión

¿Pueden las nuevas tecnologías reposicionar la carne de vacuno? Una cuestión urgente e importante

Hace no tanto tiempo

Hace escasamente cuarenta o cincuenta años - que es prácticamente nada en cuanto a tiempo en una sociedad-, la carne de vacuno gozaba de una excelente salud reputacional. Es más, era un producto cotidiano e incluso, en los mejores cortes, aspiracional, símbolo de muchos atributos, todos ellos buenos.

Los mejores eventos se celebraban con menús donde la carne era impensable que no estuviera. No se juzgaban aspectos absurdos como el papel de la ganadería doméstica en cuanto a su función para la alimentación humana, u otras cuestiones relacionadas con la salud (o al menos no con tanta insidia).

Parecía haber unanimidad en la bondad y excelencia de la carne como alimento y no solo eso, sino en el disfrute que ello suponía, sin mencionar el gran arraigo cultural asociado a muchos productos artesanos. Hablar mal o negativamente de la carne, era casi tanto como hablar mal de nosotros, de nuestra sociedad.

Hace pocos años

Lamentablemente, por diversas razones todos los que estamos en este apasionante sector, sabemos que son muchas las amenazas que planean sobre la carne en general y la carne de vacuno en particular, cuestión sobre la que ya he escrito en alguna ocasión.

El problema no es el descenso continuo en el consumo per cápita de este producto desde hace ya bastantes años. Realmente esa es la consecuencia de la reputación o mejor dicho el posicionamiento que está perdiendo este alimento.

Si en cualquier bien de consumo, con una marca concreta, sabemos que por cualquier motivo ha perdido su reputación, es obvio que la viabilidad de dicha marca es muy complicada y en muchas ocasiones muere o acaba siendo sustituida por otra similar.

Es importante pensar en esto, ya que recuperar el posicionamiento de un producto o una marca cuesta mucho dinero, tiempo y esfuerzo y esto es lo que nos debería preocupar a todos los eslabones de la cadena de valor del vacuno de carne.

Esto es lo que sin lugar a dudas a sucedido en los últimos años, obviando nichos de mercado que se han visto impulsados como determinados productos especializados, razas concretas o cortes específicos. Pero, en lo que respecta a la carne de vacuno, si la vemos como un producto genérico y pudiéramos hacer un ranking de popularidad, nos daríamos cuenta de que en determinados segmentos de la población más joven (los consumidores del futuro), tiene un posicionamiento mucho peor que hace apenas quince años.

Y en esto ha tenido mucho que ver la digitalización de la sociedad, el manejo de la información y, en general, un ecosistema que quizás el sector de la carne no ha sabido aprovechar hasta el momento.

Las nuevas tecnologías como aliado de la carne

En lo que respecta al Big Data en el sector de la ganadería en general, aunque los avances han sido importantes, lo han sido más en cuestiones de producción, sanidad, bienestar y otros aspectos colaterales relacionados con la producción. Si bien estas cuestiones son muy importantes, hay que pensar que de poco nos servirá producir carne de calidad, a bajo coste y perfectamente envasada, si el producto tiene un interés bajo porque durante años ha habido una lluvia fina pero continua de mensajes negativos o al menos controvertidos alrededor de su consumo.

Me refiero por tanto no a las nuevas tecnologías desde el punto de vista de la producción, sino a construir buenos cimientos trabajando el nuevo entorno digital desde el punto de vista de la comunicación e información para generar un entorno favorable.

En este sentido, el mundo de los influencers, los expertos en el sector, las redes sociales, la alianza con operadores logísticos y distribuidores, así como con minoristas especializados con credibilidad en la sociedad, deberían ser nuestros aliados, especialmente cuando tengan relevancia en un entorno como es el digital, donde el sector ganadero no puede llegar o le es más complicado.

Existen infinidad de datos e información sobre preferencias de compra, por edades, sexo, momentos de consumo, tipo de carne, origen, etc., pero quizás estén desagregados o compartimentados en muchas compañías y organizaciones y haga falta un potente lobby que lidere la información para saber no solo lo que se consume, sino lo que se dice, comenta u opina, sobre este sector en un espacio, el digital, que es donde realmente se habla y se pueden anticipar oportunidades de mercado.

Si no sabemos lo que está ocurriendo nos perderemos una parte importante de la nueva cesta de la compra del consumidor del futuro. Si no estamos en el momento y lugar oportuno, lo que ahora está tan de moda como “relato” lo perderemos.

Tenemos muchas cosas que contar, que además son interesantes, que son verdad y que además son aún desconocidas para el gran público. Es por tanto una oportunidad de llegar a ese nuevo consumidor que se está incorporando a la compra de alimentos.

Es verdad, que cada una de las empresas que formamos parte del sector podemos hacer y hacemos cosas a este respecto, pero creo que la reflexión era necesaria.