El manejo: clave en la sanidad de los cebaderos
En junio del pasado 2019, un documento del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación referente al sector del bovino de cebo*, ponía números a una realidad de la que todos somos conscientes: el continuo incremento en el número de cebaderos y en el número de animales que se engordan en nuestro país, tanto de origen nacional como internacional.
El engorde en cebaderos
El análisis de los datos arroja valores realmente interesantes. Aunque ya se conozcan, es necesario destacar algunos como que, por ejemplo, el 43% de los alojamientos, situados sobretodo en la comunidad gallega, albergaron tan solo el 0,8% de los animales engordados. Un gran número de instalaciones muy pequeñas donde, sin embargo, se ceban pocos terneros al año, menos de 20.
Pero el dato que me ha parecido más curioso y con el que me gustaría que reflexionáramos en la entrada de hoy es el siguiente: el número de instalaciones donde se engordaron entre 501 y 1000 bovinos al año aumentó un 14,1% entre 2015 y 2017. Pero el dato no se queda ahí, y es que los que alojaron más de 1000 al año, se incrementaron nada más y nada menos que un 30,2% en ese mismo periodo. En tan solo 483 cebaderos se alojaron casi 1 millón de animales.
Lejos de ponerle algún pero a estos números, que evidencian la actividad económica creciente del sector, y evidentemente, suponiendo que las actividades son siempre rentables, la reflexión que les propongo el día de hoy es, como siempre, desde el punto de vista sanitario: ¿viene este aumento anual de cebaderos y terneros de engorde acompañado de una mejora de las instalaciones? ¿O de las condiciones que soporte, desde el punto de vista higiénico y sanitario? Honestamente, en muchas ocasiones, creo que no.
La higiene y la sanidad, siempre lo primero
¿Por qué lo creo así? Pues porque muchas veces, las visitas a las explotaciones ponen en evidencia cosas como estas:
- Las zonas de cuarentena, cuando existen, se destinan a esos lotes que llegaron y para los que “no había otro sitio”.
- La separación física entre los animales que ocupan la enfermería y el resto de individuos es prácticamente inexistente.
Este y otros muchos ejemplos, evidencian que muchas de nuestras explotaciones no parecen ser idóneas para soportar el ritmo de crecimiento que arrojan los datos del sector.
Creo sinceramente que todas las explotaciones, pero especialmente aquellas donde se está realizando un incremento constante del número de animales que se ceban año a año, deberían hacer un trabajo constante y permanente de:
- Revisión de sus instalaciones
- Mejora de la bioseguridad
- Composición y manejo de sus lotes
Aunque el factor económico es importante, recuerden la famosa frase: “el dinero no lo es todo”.
¿Cuándo comienza el manejo?
Cuando me refiero al manejo, no me refiero solo a lo que sucede cuando los terneros ya están en el cebadero, sino que hay que estar pensando en el manejo de los lotes antes de su llegada a los cebaderos.
¿Qué tipo de animales quiero tener y engordar? Porque hay que tener claro de una vez por todas que, lo que le pasa a nuestros animales antes de que comience el periodo de engorde es una herencia que van a arrastrar durante todo el proceso productivo, lo cual va a ser clave para el éxito y la rentabilidad final del proceso. Además, desde el punto de vista sanitario, es fundamental.
Según el el tipo de explotación de la que estemos hablando, podemos encontrarnos en 500 metros animales con crotales de 15 países diferentes, sin tener en cuenta que cuanto mayor sea la diversidad, más complejo es el control sanitario.
¿Qué agentes patógenos portan o estaban presentes en sus explotaciones de origen? ¿Fueron todos bien encalostrados? ¿Se vacunaron o no se vacunaron de nada? Muchas veces, no somos capaces de contestar a estas preguntas, que serían básicas. Así, es muy difícil manejar lotes homogéneos, cuando sanitariamente, a pesar de los tratamientos que se administren, tienen un origen tan diferente. ¿El problema? Algunos “lotes” son desastrosos.
Aquí chocamos con una realidad evidente: todo se compra, todo se engorda, independientemente de la sanidad. Puede ser cierto, y evidentemente, es así, la exigencia a los suministradores de los animales va a ser siempre más compleja, y en ocasiones, solo reservada a las empresas más grandes que pueden exigir una serie de parámetros a sus proveedores.
Pero tenemos que entender, que la política del bienestar, la reducción del uso de antimicrobianos y de la mayor calidad de los productos, ha llegado para quedarse. El manejo de los individuos antes y después de que ingresen en los cebaderos, es un elemento clave en la rentabilidad futura del sector.
*Fuente: “Estudio del sector español de cebo de vacuno. Datos SITRAN”, Subdirección General de Productos Ganaderos, Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios. Catálogo de Publicaciones de la Administración General del Estado: http://publicacionesoficiales.boe.es/ NIPO: 003191355