Analgesia en el ganado vacuno
La analgesia en ganado vacuno, en enfermedades que habitualmente cursan con dolor es una de las bases del bienestar animal, el dolor, además de sus implicaciones bioéticas tiene un impacto económico y sanitario en los animales y tiene una gran repercusión en la producción.
Es necesario que todos los agentes relacionados con los animales de producción sepan identificar las manifestaciones de dolor en los animales y en su caso, conocer los procedimientos de tratamiento específicos para los rumiantes, a efecto de disminuir, tratar o evitar el dolor en nuestro manejo.
¿Cómo saber si presentan dolor?
Tradicionalmente se ha valorado la presencia de dolor, cuando existe un Incremento de la frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, y presión arterial.
Pero uno de los aspectos más importantes es la identificación de las manifestaciones de dolor en las distintas especies, en particular los rumiantes, que no siempre son fáciles de interpretar, pueden presentar:
actitud ausente, tanto en la mirada como en el aislamiento de los demás animales, también suelen dirigir la mirada hacia el área afectada, intento de protección del área o miembro afectado, movimientos repetitivos, inapetencia o alteración de los hábitos alimenticios, intentos repetidos de colocarse en decúbito lateral, falta de descanso, vocalización y movimientos de cola (George, 2003).
La medición del nivel de corticoides en los animales es un dato objetivo, que permite cuantificar las reacciones de estrés/dolor.
Consecuencias del dolor en el ganado vacuno
El dolor intenso produce cambios de comportamiento, cambios en el sistema nervioso autónomo, cambios neuroendocrinos y en la respuesta inmune de los animales, lo cual puede llevar a lesiones por automutilación, a una supresión del sistema inmune y a una disminución del bienestar animal, de la pérdida de peso, disminución de la producción, y eventualmente la muerte (Anderson y Muir, 2005).
Varios estudios demuestran la influencia del dolor en el crecimiento, Se ha demostrado una disminución en la tasa de crecimiento de terneros, sin la aplicación terapéutica de antinflamatorios (AINES) de manera preventiva en el descorné (Faulkner y Weary, 2000).
Se han encontrado niveles más elevados de cortisol, así como disminución de la ingesta y una mayor inflamación escrotal en toros sometidos a castración, durante las primeras 72 horas si no se administra un AINE preoperatorio (Ting y col, 2003; Zulauf y col, 2003).
El dolor producido en las enfermedades de la pezuña es uno de los problemas más importantes de salud en vacas de leche, debido a la alta incidencia, severidad y duración de los problemas pódales, es una de las causas más importantes del deterioro del bienestar animal en vacuno lechero.
Las cojeras son los procesos patológicos endémicos, más importante presentes en Europa, en términos de bienestar animal y pérdidas económicas debido al dolor. (Galindo y Broom, 2002).
Las lesiones que producen dolor continuo incapacitan a los animales, reduciendo el consumo, la producción, las manifestaciones de celo, además de los efectos mencionados anteriormente, es una causa importante de fallo reproductivo del semental bovino en ganado vacuno extensivo.
El dolor crónico derivado de las lesiones podales, articulares o de la columna vertebral en toros, está asociado con una disminución de la libido y en la calidad espermática (Laflin y col, 2004).
El dolor agudo desencadena un aumento de la liberación de catecolaminas y glucocorticoides que alteran el sistema inmunitario, los procesos de regeneración y cicatrización, comprometiendo la recuperación del proceso patológico o quirúrgico.
El fallo en la recuperación de las cirugías más frecuentes en ganado vacuno como la operación cesárea o la resolución quirúrgica del desplazamiento de abomaso, está relacionado con el dolor, que impide la ingestión de alimentos y el normal desarrollo de los procesos de regeneración tisular, además la liberación de glucocorticoides puede favorecer las complicaciones sépticas como la peritonitis e infección de los planos quirúrgicos.
Qué hacer
Las estrategias para el control del dolor son varias y dependen del proceso tipo de patología y el personal que puede aplicarlas.
Un ejemplo es la aplicación de un AINE, previo a una cesárea, además de una epidural con anestésico local como la procaína junto con alfa 2 Detomidina, acompañado de un bloqueo loco regional en L invertida. realizado por el veterinario antes de la cirugía.
El efecto combinado de estas técnicas permite la realización de una anestesia más eficaz, que permite realizar una cirugía de forma más segura para el animal y el veterinario.
Existen muchos fármacos con efecto analgésico, como los opiáceos, y los tranquilizantes (Agonistas α2: Xilacina, Detomidina, Medetomidina, Romifidina), sujetos a prescripción y utilización veterinaria.
La familia de los analgésicos no esteroides, denominados A.I.N.E.S: engloban a un grupo numeroso de fármacos, como: Ketoprofeno, Carprofeno, Meloxicam, Flumixin, Ac Tolfenanico las dosis y tiempo de acción son muy diferentes
Y que se caracterizan por producir un efecto antitrombótico a dosis bajas, efecto analgésico y antipirético a dosis intermedias y control de la inflamación a dosis altas (Weissmann, 1991).
No producen depresión respiratoria y no inducen tolerancia ni dependencia física. Su eficacia analgésica es limitada y no dosis dependiente.
Son efectivos para el tratamiento del dolor leve-moderado, y en algunos casos pueden controlar el dolor intenso de componente inflamatorio, postquirúrgico y cólico.
Como conclusión es necesario conocer: cuándo, cuánto tiempo y qué tratamiento es necesario para evitar el dolor en nuestros animales.